En cada espina un susurro, donde un pétalo prendido
llena la estancia de esencia.
Envuelve el segundo seco, que veloz se acerca y pasa.
Desgarrado cae en tu pelo y descansa en tu pureza,
Yo absorto con tu belleza, me disfruto este momento.
Y te beso.
Me embeleso.
Y en tu abrazo, yo me mezo.
Ya ni sufro, ni padezco.
De tus ojos muero preso.
Solo espero, que otro pétalo desprenda,
la hermosura de tu boca,
y prenda en la mía el suspiro,
saciando mi loco delirio...
...y despertar de este sueño.