La vida es un suspiro del alma que se acaba, no existe tiempo malo ni malos seres, todos nacimos buenos, vírgenes ante la maldad y en el tiempo adecuado.
Tal vez no encontramos lo que por esencia ya tenemos, siempre pensamos en la desfortuna de lo banal que no se posee y añora.
Todos tenemos exactamente lo que merecemos, ni más, ni menos; ¡pero que inconforme somos!
Nos preguntamos si aquel lo merece, si aquel es digno de lo suyo; a esto le llamo tristemente envidia. Es muy cierto que por algo y ocuparse lo merece; así es el amor.
Todos somos vulnerables al amor, y en este mundo alguien necesita amar; más que tú, más que yo. Pero dime quien osa de vivir siempre a solas.
No lo puedo creer, como lo creen mis ojos, como lo cree Dios.
¡Necesito de ti!
¡Necesito creer!
¡Necesito amarte más!
Necesitamos ser auténticos, y no ser tal vez como lo son los demás, o como nos ven los demás, porque esos tiempos ya acaban, tiempos de trato como desconocidos o adolescentes.
Brilla el sol más que nunca, y la noches es púrpura con los luceros como pecas de luz, y por eso hoy es tiempo de decir que por ti he amado más que nunca.
Podría decir que la tristeza siempre ha sido mi más bella felicidad.
Marc Téllez González.