UNA PLEGARIA DE AMOR
ES ORACIÓN DE LA PAZ,
ES COMO EL PURO SOLAZ,
ES CUAL UN SANTO FERVOR.
Ruego a Dios por ti, mi vida,
para que estés siempre bien
y ruego por mí también,
quiero salvarme asumida.
Amarte aunque si perdida
la razón entre el fulgor,
siento en mí un gran temor
aunque los años transcurran
pero mis labios susurran
UNA PLEGARIA DE AMOR.
Rezo por todos los hombres
que extravían su camino
maldiciendo su destino
te pido que no te asombres.
Ellos sabrán bien sus nombres
al conocer bien su faz
que como estrella fugaz
por entre la muchedumbre
casi se hace costumbre:
ES ORACIÓN DE LA PAZ.
Luego vuelvo la mirada
porque te quiero de veras.
¡Hace tantas primaveras!
Pero me sé recordada.
A tiempo no fui escuchada
en esa postura audaz
que te muestra perspicaz...
Cada estrella es tu bosquejo
y la luna es tu reflejo:
ES COMO EL PURO SOLAZ.
¿Esta glosa será un canto
que Dios me quiere enseñar?
Quizás para preguntar
por qué me guardo mi llanto.
No conocen el encanto
de besos con el sabor,
que no soporta un rencor
en esta frágil plegaria
porque será solitaria:
ES CUAL UN SANTO FERVOR.
Amalia Lateano