Marah

Ruedan mis versos

La noche ya no inspira el querindando,

rueda el verso en la calle cual manzana,

y letras que han brotado en la mañana

conversan con las ánimas del fango.

 

No tardo en componer un bello tango:

tras mis versos de cocos, de banana…

se mueve la muleta de una anciana

 quien añade a mi ritmo un ringorango.

 

Mi poética es carruaje del mendigo

del recluso, del huérfano, del pobre…

del que va por la nieve sin abrigo.

 

Lamento muy profundo que zozobre

quien puede ser tu hermano, o tu amigo;

merece tal rodaje y se recobre.