No le hables de sentencias,
no resuelvas su intención.
El presumir de experiencias,
nunca muerde su clamor.
Deja que rompa maletas,
deja que adorne el balcón.
No es una escena cualquiera,
puede ser su salvación.
Quiere ganarse una estrella,
y aunque le prometas dos.
Se te irá a cualquier planeta,
si le robas la ilusión.
Pájaros en su cabeza,
junto a diez frases de amor.
Y en medio de la simpleza,
que bello es su corazón.
Par de libros en su mesa,
tu imponiendo religión.
Si se bebe las violetas,
porque le gusta el color.
No le espantes la pereza,
ni ese desvelo sin son.
No importa cómo lo veas,
su locura es la mejor.
Yo ya aprendí que su fuerza,
no es repetir cualquier voz.
Yo ya entendí la incoherencia,
Cada quien con su valor.
He de ver su fiel cometa,
brincando a todo vapor.
Y es que sin tocar madera,
alguna suerte encontró.