Aquella noche que pasamos juntos; fría y oscura, caminando entre raíces que sobresalían del suelo, mientras una intensa brisa acariciaba nuestros cuerpos; te fuiste acercando a mi y un escalofrío recorrió mi cuerpo; haciendo temblar mis manos y dejando mi mente en blanco.
¿Qué es lo que deseas? ¿Es a caso un beso que logre saciar tu ambición o una caricia acompañada de malicia?
Rodeaste mi cintura con tus manos y yo hice lo mismo con tu cuello; me miraste a los ojos y dijiste que yo lo era todo. Un frío subió a mi cabeza desde lo más bajo de mi estómago, y seguido de un incontenible temblor, mis labios incliné hacia ti, mientras cerraba los ojos con temor y en mi corazón se sentía el ardor.
Nuestros labios se encontraron, en un momento de pasión en medio de aquella noche oscura algo tenebrosa y sombría.
Al terminar , dijiste que me amabas y que yo controlaría tu alma. Yo, sin más que decir, me alejé y me fui.
¿Cómo es posible que yo controle tu alma? ¿Por qué basas tu vida en mi? Sólo aléjate y olvídate de que existí.
Que labios tan fríos los tuyos; al besarte no siento nada, al intentar amarte, sólo llego a olvidarte.
Perdóname, jamás quise hacerte sufrir, pero no puedo seguir diciendo palabras falsas que frustran mi existir.