Y ahí estaba; ese caballero
De mirada perdida, pero decidida
Observando a su amada
Su ninfa; fuente de vida
Sin pronunciar palabra
Ella a su lado pasaba
El sutil viento; con su cabello jugaba
Y él, su aroma abrazaba
En silencio y solo;
Bajo la luz de su quinqué
Son cuatro paredes;
De su amor los confidentes
Eran kilómetros los que
Sus suspiros recorrían;
Para abrigar la angelical figura
Del ser que en silencio quería
Como niño enfermizo
De amor lento moría
Su corazón como cristal
En mil pedazos caía
Yacente de amor; el caballero
Guardado en principios
Por temor nunca contemplo,
Miradas que su dama
En sigilo y amor; le regalo
Hoy se descubren
Notas de amor
Escritas en la soledad
Bajo la luz de una quinqué
El yacer; de un hombre
Íntegramente enamorado.
Mia Aragon
15/09/2016