juan sarmiento buelvas

TEMBLAR CONTIGO HASTA MORIR DE OLVIDO.

 

Llega Juan a casa, un poco retrasado para el almuerzo y examina la nomenclatura de su puerta antes de colocar el dedo en el timbre.

María lo espera impaciente y temblorosa con un apetitoso cocido de costillas de res con picante.

Juan se le acerca, la abraza y le da un beso en la mejilla antes de sentarse a la mesa. 

Juan se toma una pastilla para la presión pero se le olvida la de la memoria.

María también se toma la suya y disminuye su temblor mientras escuchan esa vieja canción en la radio que los transporta a su juventud en la fiesta de la semana cultural.

En esos cortos momentos de lucidez que todavía visitan a Juan le llegan lejanos recuerdos de su hermosa amiga y eterna compañera \"La de la secundaria\" con quien bailó esa tarde “La Pollera Colorà\"

Era el único ritmo que Juan se sabía; pero la hizo caer al pisarle la larga falda.

Juan piensa que lo aplaudieron en el concurso de danza del colegio pero aunque él ya no recuerda: Nadie lo aplaudió.

María se ríe en silencio mientras sus manos le siguen temblando como adivinando los pensamientos de Juan mientras escucha la pieza musical que la transporta a esa tarde de estudiante de la segundaria.

Pero lo que María no sospecha que a Juan le cuesta mucho recordar lo que pasó esa tarde cuando bailaban.

María guarda en su lucidez todos los recuerdos de su juventud mientras su progresivo temblor le hace derramar el jugo sobre su blusa.

Juan ya casi no puede recordar esos fascinantes momentos vividos esa tarde en que bailò con su Marìa.

María conversa mucho con Juan para tratar de refrescarle la memoria mientras sus manos le siguen temblando cada vez mas.

Juan cada vez conversa menos, lo que Juan no recuerda es que su amiga María la de la secundaria es la misma María que acaba de abrazar y besar.

Juan confundió la danza \"La Pollera Colorà con el San Juanero.

Juan no recuerda que cuando le pisó la pollera a María
todos sus amigos alegremente rieron.

Lo que María no sabe es que Juan visita al neurólogo pero él no se lo ha comunicado porque todo se le olvida.

Juan está perdiendo la memoria progresivamente pero se rehúsa a olvidar a su Marìa del alma y la seguirá adorando hasta que el recuerdo se lo permita.

Y ella lo seguirá amando aunque tenga que recordárselo con el temblor de sus besos y caricias hasta que la muerte los separe.