En mi mesa la tasa de oscura pócima
Con adornos de espuma envolviendo sus costas
Yo – aun sonámbulo – me dejo embrujar
Por el amargo aroma, dulzor en mi boca.
Despierta los sesos aturdidos, y en el acto
Activa una sabia aun inconsciente en mis venas
Estimulo condensado en un verso en mi cuaderno
Que, al sentir el calor del momento místico
Abren al crepúsculo el secreto de todas sus notas.
El ardor se apodera de la ventana fría
Y mi café en mis manos que esperan por escribir
Se transforma en mil minutos abrazados
Y pienso, pienso tantas cosas claras y verdaderas
Pienso en tu cara, en tu sonrisa.
Nace el ruido quebrando el silencio
En mi vaso donde se mezclan historias
Mis labios - los que besaste ayer sin prisa – ahora
Besan el bruno brebaje que me impregna
Y da vuelo a las letras inquietas de mi poesía.
Leandro
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2016