Walberto Díaz

Señora sombra

Permítame explorarla.
La trataré como toda una dama,
como usted se lo merece.
Déjeme descifrarla una vez,
y muchas otras veces,
hasta que estalle.
Hasta que sus llantos
de felicidad,
de sorpresa,
de redescubrimiento,
callen el silencio
y alumbren la oscuridad de la noche.

Angelical será
una vez más,
entre mis manos,
bajo mi piel.
No importa que haya dejado
recuerdos y experiencias
en otras camas.
Inventémonos.
Renuncié al temor
y venga.
Es tiempo de construir
nuevas historias.

Walberto Díaz
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