Hermes Antonio Varillas Labrador

“Casos y cosas de casas muy castizas”

“Casos y cosas de casas muy castizas”

 

Para que a mi me respeten,

aunque a muchos inquiete,

y no se trata de un secreto,

yo trato con sumo respeto;

que a pesar de no ser bufón,

ni siquiera por devoción,

expreso con algo de gracia,

que nos lleva la desgracia,

con esto de nuevas jergas,

caramba que buena verga,

que es sinónimo de carajo,

en un depravado trabajo,

no pondría coma ni punto,

a este tema no presunto,

sin mínima gota de sudor;

que tampoco priva el pudor,

a la sazón yo me pregunto,

será trivialidad este asunto,

cómo han trocado el idioma;

redonda es ahora redoma

donde circulo en bicicleta,

sin el porsiacaso o la “caleta”,

sin “munas” para mi “convive”,

no entiendo como sobrevive,

la lengua con tanta amenaza,

que a mi credulidad rebasa,

con la inseguridad y villanía;

decir “paco” es aludir policía,

decir “parroquia” es amistad,

en esta nuestra cotidianidad

donde “buena vibra” es ánimo,

o acaso “onda” sin desánimo

en la playa de la ignorancia,

donde abunda la arrogancia

de negligente e inconsecuentes,

de ignaros hasta presidentes

y sólo pasa en Venezuela,

no importa pasar por escuela

para ser jefe entre borregos,

es rey el tuerto entre ciegos.

 

Disculpad por lo irreverente

es caso común y corriente,

y con buenas intenciones

en tontas elucubraciones,

o nada de maledicencias

con sana paz y consciencia,

muy alejado de pleonasmos

y en un muy sutil orgasmo,

las eyacularía para afuera,

todas mis mil arrecheras,

de aceptar con sumisión

la revolucionaria imposición,

para millonas y millones

arrodillados en misiones,

sin importar la excelencia,

ni el trato con indecencia

al legado de un Cervantes,

y las víctimas son infantes

los niños que a la sazón

absorben sin ton ni son

como efectivas esponjas,

y no se trata de lisonjas

tanta infame incorrección,

un atentado a la educación

que libros tienen en libras,

pues no sé como se calibra

la tamaña desproporción,

con saña y conminación

a nuestra escala de valores,

ahora todos son doctores

con marca tapa amarilla,

y ubicado casi en la orilla

en talante de insurrección,

en firme contrarrevolución

vaya mi denuncia inconforme,

por este régimen deforme

y se asemeja a un maleante,

en jerga procaz y abundante

enemigo de la erudición,

cualquiera cree es vacilón

con su mamadera de gallo

y que me parta un rayo

por mi crítica tan mordaz,

en una lluvia pertinaz

de chistes y ocurrencias,

hasta parece demencia

nuestra cómplice actitud,

de aceptar como vicisitud

por inexplicables gazapos,

y que me traten cual “sapo”

eso nada de raro tiene,

pues al vulgo le conviene

como un Borges lo diría,

sin cuestión de chocarrería

y sin alusión a la vagina,

es fuente donde se origina

de esta lengua muy mía,

de populacho la artesanía

podemos hacer correas,

entre negras y corcheas

entre la prosa y la rima,

en una ilación muy fina

que busca una meta final,

con sentido muy coloquial

y sin óbice y sin descuido

en este verso me despido.

 

Por Hermes Varillas Labrador

 

1392                                      16/09/2016