Sin el agua nada nace
Sin el aire no se respira
No quiero que me rechace
Soy el que siempre te admira
Los juegos inocentes de la infancia,
cuando la imaginación no tenía fronteras,
éramos príncipes desnudos con elegancia,
ahora bien vestido, añoras lo que eras.
Ojos de todos los seres vivos
Oídos para toda la música
Silencio sonoro de los archivos
Voy adonde me lleven mis piernas
Que sea a la casa solariega y rústica
Donde las miradas eran tiernas