Te mantuviste oscura, silenciosa,
como si no existieras en ningún momento,
pero se desarrollaba en ti el filamento,
para salir tranquila y muy airosa.
¡Que maravilla de crecer tuviste,
comenzaste tu vida bajo tierra,
y la capa bella que te encierra
se abrió un día y tú saliste.!
Hoy mi jardín haz adornado,
y me llenas el corazón con tu presencia.
La tierra del jardín había ocultado,
de la futura flor... toda su esencia.
Autor: Bernardo Arzate