Y en un segundo...
te miraré a los ojos,
y no podré resistir
una siesta más.
Tal vez lo sepas
y te atrevas a recorrer
el sol que se cuela
en mis piernas...
Y en un segundo,
te olvidarás de tu nombre,
del espacio en que te pierdas,
y se volverán torpes las premuras
que te alejaban de mi cielo,
Entonces ese segundo será
el primero que reanude la espera,
y se escurrirán las horas en mi cintura,
y por mi cadera tus manos dibujarán
el contorno de mi tierra.