Soy una flor silvestre
que creció en medio de la soledad
y aunque alguna vez fui amada,
mis sueños nadie me los matará.
Mis campos se llenan de brisas,
tu voz me acariciará,
a veces el cielo se pone negro
y duermes junto a mi soledad.
El sol siempre brilla muy temprano
porque me quiere tocar,
a veces yo siento sus manos
y me llena de felicidad.
Aquí yo vivo las horas,
veo la vida pasar,
por la tarde me amenaza la lluvia
y sé que me hará gozar.
Las nubes se ponen grises,
el viento más fuerte sopla,
una lluvia de besos me toca
y mi alma se empieza a deleitar.
Sus finas gotas tocan mis pétalos,
me acarician con suavidad,
ello hace que mis pistílos se mojen
y empiece yo a disfrutar.
La lluvia cae por mi cuerpo,
recorre con ternura mi piel,
sé que le gusta mucho hacerlo
porque esa flor siempre le da su querer.
Es la lluvia de besos
que calma mis ansias,
que me ayuda a sobrevivir,
yo la tengo muy dentro de mi alma
porque siempre me hace feliz.
YOLANDA BARRY.