En la tierra están mis pasos
esperando su camino,
en mis dedos el tiempo,
en tus ojos mi destino.
En la noche están las lunas
de mi guerra desesperada,
por ver el despertar del mundo
entre la multitud que duerme y calla.
En la lluvia están las gotas
del llorar de un pueblo entero
buscando la calma del sueño,
buscando el mañana sincero.
En el viento está el susurro
del cantar de nuestros pies,
por correr tras el tirano
que hace patria sin tener.