Me encanta tu cinismo,
tu vergüenza y apatía.
Todo el descaro y los vicios,
que los demás te critican.
Tú siempre rompiendo vidrios,
envejeciendo sin tintas.
Siempre con cara de niño,
siempre gozando de pistas.
Que lindo suenan tus brincos,
que torpe son tus partidas.
La belleza de tu instinto,
aunque simple contamina.
Tanto tienes de distinto,
que ya nadie identifica.
Y te advierto si entra el frío,
por si el agua sale tibia.
Dibújame cualquier signo,
pero nunca una salida
En este sitio vacío,
no se invierte en batería.
Devuélveme con sigilo,
mi ausencia de fantasía,
en ti que tanto ha llovido,
tú que sabes de utopías.
No me des muchos motivos,
no quiero tu biografía.
Yo que soy mas de acertijos,
no quiero mercaderías.
Cuando te sientas un timo,
cuando te duelan las tripas.
Recuerda que en el camino,
nunca faltan avenidas.