Has logrado invadir mi mente trastornada
Con los recuerdos sádicos, inquietos,
De tus pasadas y desnudas noches de locura,
Cuando sodomizaste mi piel, mi pensamiento,
Como la hiedra asalta hostil y sin reparos,
Nuestros muros silenciosos sin sueño.
No sé si entonces lo disfrutaba masoquista
O si tal vez le mentía a mi saber,
Cediendo con facilidad ante tus ganas
Y agachando la cabeza temeroso,
Para no afrontar con el coraje necesario
La frialdad que en esas noches…
a tu lado me coagulaba el corazón.
Icaro