Cuando dos cómplices se encuentran en la calle,
la tierra tiembla bajo sus pies,
y se escucha el temor de sus corazones.
Se ven de reojo entre las masas, sonríen sus travesuras,
y comienza la lucha por el orgullo,
hasta que al final, sus miradas vencidas colisionan:
Se mantienen dopados en la marea del recuerdo,
pensándose uno más que otro,
con ganas de seguir siendo cómplices,
pero en lugares diferentes la vida los encalló.
Cuando dos cómplices se encuentran en la calle,
creen reconocerse como uno solo,
idos en la ilusión de sus encuentros,
ilusionados por el intercambio de sus cuerpos,
sus mentes caen en el vicio del anhelo,
en la mentira de sus promesas,
por algo que jamás pudo ser,
pero muy en el fondo de sus almas sigue siendo.
Bajan sus miradas derrotadas,
recogen el recuerdo del piso y se vuelven a colocar sus máscaras.
Y así se mantienen más aislados que nunca,
Con ganas de decirse todo,pero el silencio ganó la batalla.
Al final se dejan llevar por la corriente
porque el reloj les apresura, se ahogan en el océano,
donde se pierden y se diluyen entre las gentes para siempre,
esperando algún día encontrarse de nuevo
para tan sólo volver a mirarse.
Jaybert Jurlian Escalona