Raiza N. Jiménez E.

REGOCIJO PROFANO.-

Hoy te hablaré de mis cálidos ensueños,

No te diré  que contigo he soñado, no he

querido que  tú presumas de mi locura.

Con mi alma que vela, miraré las estrellas

y  te esperaré en cada lúcido amanecer.

 

Mi corazón tembloroso se asusta contigo.

No ha sabido nunca de tus devaneos y

lo mantengo en reciedad, quiero alejarlo

de la crística y febril congoja que ostento.

Sé que tu recuerdo me enseñó de las odas.

 

De la amargura al titubeo me he movido…

Cargo una cruz que yo misma en tizón tallé.

En la soledad me he columpiado, intentaba

recrear mi realidad para poner pies en tierra.

Es dura la carga llevada por una razón vivaz.

 

¡No sé ocultar la fatua verdad y no lo quiero!

Sitiadas están mis ansias y mis deseos de ti…

No he de ceder en mis fríos intentos de amar.

Todos los secretos que tengo en cofre dorado,

quieren volar en libertad, pero no es sensato.

 

Mi vida de interina se refleja en el espejo claro

de las aguas, luciendo su albedrío sin el dueño.

Tengo miedo de tus ojos, no deseo me veas en

el duro impasse de esconder mis miserias de ti.

Prefiero el abismo signado por un sutil silencio.

 

¡Imagino y he acertado, que mi alma libre no

apretará tus angosturas, ya que teme morir!

 

Raiza N. Jiménez/ 19/09/2016

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