Ya pasaron cincuenta estrellas fugaces
en cuarenta y nueve te pensé ¿y para qué?
leí las más de treinta cartas que escribí
todas fueron para ti ¿de qué sirvió?
Si alguna llego a tus ojos la olvidaste
si alguna llego a tu corazón, no fue mía,
¿y si amaste tanto porque abandonaste?
¿En realidad te quise hasta no querer?
-La quisiste idiota, la quisiste,
y más que eso, la amaste, más que eso,
mira en el espejo tus ojos llenos de escarcha,
una llovizna pasó, una fría y helada.
Tu cuerpo desconoce a quien pasa
tu alma es un templo oscuro
ni una vela resplandece en ella
y ni los buitres hacen nido en ti.