Como madre selva
abrazo tus contornos
te miro y sueño
sabes a fuego
hueles a sinfín.
De pronto
me sueltas
en un instante
ya no eres real.
Mis huesos
ahora de versos
te vibran
y yo deliro
siento y transcribo
sabiéndome nada.
No sé, yo deliro
en la perfección
del aroma
como recuerdo irracional
en la memoria.