Un huasito muy coqueto
tuvo una gran visión
se le presentó un esqueleto
forrado de Dama y visón.
El se hallaba en el potrero
con su pala y asadón
y con un redoble certero
a la dama le pidió su corazón.
Ella que era muy fina
llegada por ocación
al huaso le dijo atina
que me encuentro sin pasión.
No se ha de preocupar
dama de las camelias
que entre tocar y tocar
vea usted donde se van las medias.
Y así con una cosquillita
debajo de ese faldón
piense que cuando era chiquillita
le gustaba ese rompón,