El día que de repente y sin aviso yo muera
Al abrirme la boca el personal de la morgue
Sin duda alguna se me escapara tu nombre
Y es que lo contuve tanto en vida
Que no me extrañaría soltarlo en muerte
Y esté al salir se quedara en un rincón
De esa fría y hostil habitación
Mientras nadie lo nota llorara
Titiritara un poco y así sin mas
Simplemente se extinguirá
Y ese fue su pequeño paso en la tierra
Sin que nadie note que existió
Sin que nadie sepa que vivió en mi interior
Cual inocente en fría y gris prisión
Sin ausencia en la vida de nadie
Pues no puede ser ausente quien nunca se vio
Quizá nunca lo sepas, nadie te avise
Y un día al cruzar la calle
Sientas una extraña suave brisa
Que pasa por tu rostro y lo acaricia
No es la brisa es el peso de mi caricia.
Flor Hdez. México.