Recorremos salados caminos
mientras anochecen los ojos que te vieron,
ha comenzado a llover de pronto,
arrodillado con tu amor entre mis brazos
con el primer beso muerto entre versos muertos
húrgo las heridas en los viejos testamentos,
noches devoradas por la primavera
reesculpen los rostros en el espejo
derribado por el frío,
escúlpidas profecías en la piel
han llegado contigo y con la muerte a concluirnos
las ahogadas caricias en lápidas funerarias,
lucidez del mundo que ensombrece,
llorada pasión muerta en sepultura de vértigos
muerte que se prolonga sobre la vida,
sobrevivientes, somos inocentes y culpables
por el dolor contenido, gravedad del mundo,
despertáres de los siléncios que maldecimos
en el pasado en el que nos pertenecemos,
nosotros los sin nosotros, los excluidos de lo venidero
donde la verdad es el paisaje donde nos deshacemos.