Nunca es tarde para cambiar lo coyuntural,
siempre que moleste a tus seres queridos,
más difícil es cambiar lo estructural,
aunque este en tí arraigado en tu mente como ostracismos.
Nunca es tarde para recuperar amigos intrínsecos que merezcan la pena,
al menos intentarlo,
que tu conciencia se quede tranquila,
que por tu parte hayas hecho todo lo que has podido.
Nunca es tarde para mejorar,
si tu espíritu es joven, sacara energía,
y luchará y analizará como diversificar,
el deporte te puede para ello ayudar.
Nunca es tarde para decir te quiero,
para pedir perdón,
sino te sale al menos demostrarlo,
seguro que te lo agradece tu corazón.
Nunca es tarde para quererte a ti mismo,
aceptar y respetar a los que no te quieren,
pensar alguna vez como piensan ellos,
y sobre todo no perder un gramo de energía en injustos lamentos.
Nunca es tarde para saber que tu vida es tuya,
la de tus seres queridos también eres accionista,
y la de los demás eres una comparsa,
un espectador o un satélite que en algún momento pulula.