Recuerdos inolvidables quedan de nuestra amistad,
momentos que jamás volverán a ser vividos juntos.
Recuerdos de una amistad sincera, que el tiempo
no logrará borrar de mi mente.
Los días felices que estuvimos juntos, me dan fuerzas
para no sufrir por tu desaparición.
Tuvimos muchas promesas para el futuro,
promesas que solo la muerte logró impedir.
Ahora que me dejaste solo, pido a Dios que estés gozando
en su gloria.
Nos aconsejamos para sobresalir en esta vida, pero
la muerte se interpone en lo mejor de tu vida.
Luchaste por lograr una mejor vida,
recorriendo caminos que ahora son mudos testigos
de tus tristezas y alegrías.
Quizás muy pronto siga tu camino,
solo Dios lo sabe.
Cuando una madrugada se cerraron tus ojos para siempre, también
se cerró un capítulo inolvidable de mi existencia.