Paulina Dix

Barras

Tras las barras de esta poesía roja como el dedo sin dedal se esconden los cascabeles de un sueño eterno y una nostalgia griega sonora y acorde al arpa de Apolo.

Son barras ocre y el mar las abraza en la madrugada de diciembre, son barras fuertes no se pueden romper, son barras pensativas curiosamente diseñadas con pequeñas figurillas de aves de rapiña que dividen las celdas quedando también encerradas junto a las letras que conforman el quejido sangriento...

Son rugidos, son lamentos, son destellos y argumentos son reliquia de ancestros e invenciones de mortales en el tiempo difundidas en memorias esparcidas y en las tumbas escondidas.

Paulina Dix