“When in the seasons of sweet silent thought”
(William Shakespeare. Hamlet)
Al ser niños, sólo nos preocupa saber quiénes somos; pero no, mañana adónde vamos. Al ser jóvenes, nos parece que tenemos muchísimo por vivir; pero que el mañana nunca está cercano. Cuando ya maduramos, evitamos pensar en lo que nos queda por vivir y que el mañana ya está en nuestras manos. Y al final de nuestros días quizás nos preguntamos cuánto nos queda por vivir y si el mañana se quedó retrasado.