Crezco y mientras vivo,
siento que voy muriendo.
Que me arranquen ya
estos ojos
si la realidad con ellos veo,
porque en ella sólo hay tristeza,
y entre los sueños me quedo.
***
¿Para qué quiero el corazón
si en su latir me marchito?
¿Para qué existe la luz
si en lo umbrío desisto?
***
Ya no vivo porque
tengo el alma rota
y por querer,
me voy muriendo.
Las palabras son osadas
y el silencio son mis versos.
***
No habrá nadie que
entre escombros
limpie el polvo de mi cuerpo,
el mismo que un día
apartó la sonrisa
para huir a lo yerto.
***
Hoy las heridas son
como huellas que disfrazan mi piel.
El amor las desnudó con
tierna labia
mientras en lienzo me volvía
y su filo en pincel.
***
Ni una gota de sangre se vio
porque el sentimiento
y mi dolor iban de luto.
La muerte me acompañaba
mientras me convertía
en su próximo difunto.
***
Dejé mi voz deambulando
y llenando las calles
que algún día pisé
riéndome con la vida.
Hoy sólo me deleita
cantarle a la nada
mientras me cubren las cenizas.