¡Despierten de sus letargos! ¡Es primavera!
¡Orquídeas! Bellos racimos de la selva.
La fronda vegetal a su reina venera
la custodia el árbol cual fuera su doncella.
Soy la divina y mi santuario la espesura,
incrustada en un timbó exhibo mi belleza
del jardín de la selva soy su preciosura
y primorosa perfección de la naturaleza.
Quién sabe de que paraíso te has fugado?
¿De dónde esos colores? brillantes ropajes
De tu belleza al viajero dejas prendado.
Como mujer bella seduce, tú no la raptes.
Soy destellos de colores entre el follaje
para gozo de algún incógnito sediento.
Peregrino, no me cautives ni me ultrajes.
¡Déjame! ¡No me despojes de mi aposento!
Vendrán otras primaveras y otros cielos,
otros soles y tu sitio estará vacío.
¡Ay vida mía! flores altivas sin vuelo.
¡Qué daño grande! Y Dios perdone al impío!
Vendrán otras primaveras y otras flores
y tu no estarás por siempre bella orquídea.
Los cielos extraños son tus nuevos albores.
Viaja una sutil lágrima por mi mejilla…
Nelly h
21/09/16
Argentina