Ví tu luz, una esencia de agua serena y entré
tú has crecido como un rayo en mis pupilas
que embriagan mi figura y pensamiento.
Señor bendito, me llega mi verano limpio
como un pulso abierto en mis venas
late en el aire y el tic tac del tiempo.
Cúbreme entera con un tierno beso
y que tiñe de amor y enrojecido mi rostro
quiero ser tú, tú espejo y vivir por siempre en él.
Aunque vengan los aromas secos
siempre tendré un atadecer hermoso
o una lluvia abundante
porque me aguardas fiel
como un manantial secreto de ternuras.
Dedicado a mi amado Jesucristo
Rosa Maria Reeder
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