Quiero aprender del viento su serenidad
que me enseñe a convivir con tus esperas
con tus largas pausas que dejan minutos secos
con el litigio del cielo sin nubes que lo acompañen
Que me enseñe la cura a tu ausencia
o me soporte en días famélicos
donde padezco abstinencia de tu figura
donde sobran hojas en desuso
Del viento envidio su camino inocente
porque él te acompaña tan infantilmente
porque no puedes ignorarlo ni alejarlo
y él goza tu falta de indiferencia
Como el viento quiero entrelazar tus manos
y colarme tiernamente en tu cabello
como su soplo inmaculado quiero ir por tu alma
y ser una brisa que profundice en tus pestañas
Pero el viento es en el fondo egoísta
y no comparte sus dotes conmigo
se lleva tu esencia consigo
y la cuelga en riscos estelares
para que no la alcance...
Entonces me queda conformarme
con los vestigios tuyos en su brisa
y con la distancia como testigo
de las gotas que caén desde tu ser.
Santiago Cabrera, 21/9/16. Merlo, Buenos Aires, Argentina.
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