Eres un ángel vestido con piel de hombre
esa brisa que acaricia la luz del ocaso,
la misma que llego para irradiar esperanza
y magia a mi alma.
Eres ese sueño que llamaron mis deseos
y que el destino trajo a mi.
El regocijo a cada uno de mis sentidos,
la ilusión que se había escapado de mis anhelos,
la música sublime que acompaña mi soledad.
Eres mi dulce tentación, el pecado que quiero
envolver en mis sábanas de seda...
MARIA PUREZA GARCIA