Al cerrar mis ojos me guardo en ti, guardo en ti mis alegrías y mis tristezas, guardo también aquellos sentimientos que hiciste brotar en mi. Al cerrar mis ojos revivo aquellos momentos que sin previo aviso logramos pasar.
Ahora, cuando tú cierres los ojos recuerda que tu eres el causante de tanta alegría que en mi hiciste brotar. Y ahora sin más que decir nunca olvides que serán mis ojos los que se cierren para atesorar como diamantes puros los instantes en que aún siendo dos, fuimos solamente uno.