Queriendo darlo todo
-y todo lo das-
un perfecto regalo florecido,
fuente potable y refrescante.
Afortunados son los corazones
-que te conocen-
que traspasan alambradas
y se bañan en campo de amapolas.
Amistad ilimitada,
la mano al necesitado.
Río de agua dulce
cascada de ternura
fluyen hasta el lago de nenúfares,
tú eres la barca, esa flor,
el elegante y dócil cisne,
el agua que sacia la sed,
yo soy una simple viajera
la espectadora de tu agradable paisaje.
Lola Barea.