Ayer cabe confesar que contigo conjugué el verbo esperar
Ese que la vida me enseño a tachar sin piedad
Cuando en la cuenta caí que no me dejaba avanzar
Fue en el diario personal donde mostró su fuerza y poderosa presencia
No hay página en la cual no aparezca el verbo de la pasividad eterna
La fuerza en él se concentra y todo lo que a partir de él se enumera queda postergado a la espera.
Fue en ese mismo lugar donde subrayé las páginas de la evidencia
Hace años de este gran hallazgo que cambio la naturaleza
Aunque todavía guardo alguna reminiscencia
Como esta que mi alma hoy revela
Que ayer conjugué contigo la espera
Mas como siempre lo tengo presente consciente soy cuando él acude a mi mente
Y me repito insistentemente que no hay que esperar que el tiempo vuela
Que las cosas desde la pasividad no vienen aún y creyente del destino que eres
Porque no hay mejor filosofía que no esperar a que amanezca el nuevo día ese que no llegará algún día de tu vida
Mas así son las cosas de la vida un día la primavera resurge con fuerza y el sol la ilumina
Otros es la lluvia quien se apodera del alma dormida
Despierta niña despierta que la luz en ti anida y el alma no perderá su fragancia si con fuerza tú la cuidas
No esperes más cuidados que esos que tu misma te brindas
Piensa que la rosa que espero de cuidados y mimos
De pena se marchitó y perdió su fragancia en el olvido.