Sin que se entere
lo mira ensimismada…
tantos años juntos
y ahora él es como un niño…
Los años no perdonan
han hecho sus estragos,
las arrugas han aparecido
en el cuerpo y en el alma…
El cuerpo es el del amado
con más años…
la mente como la de un niño
que necesita cobijo,
ella le abre sus brazos
y en ellos duerme protegido…
La pasión ha desaparecido
pero permanece el amor
ese que se mantiene firme
y no desaparece o se esfuma…
Con frecuencia piensa
que no se merece esto
pero al mirarlo se anima
disfruta de su compañía…
No quiere pensar en el futuro
tan solo seguir los dos juntos,
ella será su sur y su norte
su brújula incansable…
En la cama se acerca a ella
sabe que es su amada
hay cosas que permanecen
aunque la mente
juegue malas pasadas…
y así se duerme tranquilo
lo que tenga que pasar
pasará…
¡Qué importa que nada tenga sentido
si siempre conmigo estará!.