¡Música! ¡Música!
Eres fórmula perfecta,
para cada una de mis coyunturas.
Ensalzada y anónima,
has que brote de aquella gota insistente
los colores de mil melodías,
con el reflejo del contra tenor mexicano.
Envuélveme grata música, has balada romántica,
con el violonchelo de turno y un piano que aterrice
en compañía de la guitarra flamenca.
Desenrosca lo que de envoltura tiene presas a mis fantasías,
porque quiso Dios, que hoy danzaras conmigo,
que te unieras a mí.