A ti ALam donde se borra la distancia y el tiempo, donde Dios perdona nuestras lágrimas
La guanábana ha caído como caen sus parpados.
Rastro de guanábana triste
que languidece junto al viento
por lo que es y quiso ser
carne blanca
ánimo suave
ojos de cascara quebrada
entre verdes oscuridades
lagrimas de nubes la sumergen
fruto que no permanecerá en los tallos
las ramas le extrañan
no sobrevivió la savia
diluvios que resguardan la sed
que se quedo sin raíces
se cayó con el viento como párpados
que golpean sobre la tierra
se alimento del embrujo eterno del invierno
la noche penetró en sus campos
junto a la sed que la marchita
con el viento que la olvida
se marcha entre coro de hierbas.