En una gota de luz vi reflejar tu belleza,
tan diminuta que parecía un sol enorme;
tanta pero tanta beldad que te embelesa
perdiendo sentido del cuándo y el dónde.
Es el milagro de la naturaleza tal beldad
porque ni Dios se ha vuelto ateo por ella;
su perfume destierra toda posible maldad
dejando en su lugar la más tierna huella.
Es ínfima la calidad que a cada uno altera
desvistiendo lentamente su pasión ceñida
haciendo magia como trucos de la galera
empaquetando con sus maestrías a la vida.
Pequeñita, como la dulce canción de cuna;
graciosa, despertando altanera seducción;
frágil, cual vuelo de gaviota que te acuna;
valiosa, cual brillo que emana del corazón.