Mientras su voluntad
caía en la desgracia
y sus neuronas jugaban escondidas
el respiraba sombras
de viejas alegrías.
Siempre tuvo en sus manos
las llaves del entorno
y la rutina esclava
le perforó los huesos
hasta que un mundo nuevo
lo traicionó en la espalda
y le dejó salidas
que no tienen regresos.