Raiza N. Jiménez E.

Cadencias del amor.-

Las andanzas por la vida vigorizan la esperanza.

Jardines eternos han sido los caminos  y al final

en ellos se enseña que, caminar por locura no

cansa y, se aprende que, toda pasión fortalece.

Así, llegarás a la tierra sin paraíso y con pecado.

 

Tesoros apreciables son las usanzas del vivir y

ellas se perfuman en las caricias de los amores,

con las más sutiles fragancias  de las gardenias.

Flores blancas, que cómo el candor de la pasión

más pura, bañan los ánimos fogosos del amante.

 

Lento es el paso por el jardín de las fantasías, el

mismo, ayuda a extasiar el alma en el equilibrio.

Quién osaría desatender los llamados del amor.

No existe vidente, maga o pitonisa que lo niegue.

Vestirse con la sabia del sentir ardiente, es preciso.

 

Lástima de los amores que no quieren conocer el

precio de la entrega y la gracia del abrigo amante.

Perfumados quedan los cuerpos con la venerable

entrega de las almas, que se hacen UNA de DOS.

Apenas se atiende al susurro sigiloso del beso que

santifica la unión, dejando paso franco al poema.

 

¡Has llegado mortal, al amor desnudo y verás a Dios.

Quizás te maldigas o tengas que orar por lo vivido!

 

Raiza N. Jiménez/ 23/09/2016

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