Jirones de nubes adormecidos y hilos de luna en luz de plata, vislumbra sobre mis ojos densa senda sumergiéndose en más luz su mirada...Quiero encerrarme al mundo, despertando mis sentidos sobre mi espalda, prisionera de los cuatro puntales de la cama; piel vibrante, temblorosa, de mente libre y voluntad de esclava, luz que amplía los sonidos, sintiéndote mis oídos cuando avanzas, y cuando te detienes, se me vuelven ciegos, tu movilidad me despedaza. Este aire fresco eriza mis pezones que en ansiedad aguardan al percibir tu cercanía, porque tardas?, avanzó el estremecimiento de mis muslos cuando tu mano en ellos se adelanta, y yo sin responder a la caricia, mientras imperceptiblemente avanzas, retozo gentil de tibios dedos que en los senos en círculo resbala, cediendo paso al ser de la fiera, de la entrañable fiera que avasalla. Si apresurada, detenerte no quiero; si en lentitud, acelerar la marcha; si en gentileza, brusquedad exijo; sin arrebato, rogaré la calma, como ave de rapiña que levanta su rígida cabeza que penetre en el fondo de mi entraña, te puedo abrazar, fuérzame fiera, sin escuchar gemidos ni demandas, solo al galope, al galope, mi jinete, surtidor inaplazable, tu estertor presagia blanca erupción en subterráneo, inyectando su extracto intermitente en la concavidad de la garganta, cuánta anticipación se me derrama, sin libertad de acción; quiero y puedo, tensas las ligaduras que me amarran, tensa la piel, manos y pies, mi lascivia un tren a toda marcha, amante, a bordo, ignorando estaciones y paradas en nocturna travesía al infinito, agarrados y anudados en una sola alma...