Sin tener en cuenta
todo lo que nos hemos dicho,
lo que nos hemos entregado
en forma invisible,
porque tú vives un mundo
y yo vivo el mío,
dos formas distintas
y tan diferentes,
es que decido hallar una salida
sin que me perturbe
mucho la mente y no volverme
menos sensible, no podría ser así
porque esa es mi naturaleza
y te colaste tan dentro de mi mente,
pero no has roto mi fortaleza.
Y hay que ser valiente
para enfrentarse a la musa
que te sostiene diariamente
y te hace entregar más y más,
que te hace formar castillos en el aire
que no sabes a dónde subes ni dónde vas,
en la inmensidad de lo imaginario,
porque cuando me dejo guiar por ella
todo lo puedo alcanzar
y siento que me es necesario
para llegar.
Te acomodo entre una lagrima
para que te mantengas flácida
y estés dispuesta
solo por un tiempo corto
a descansar.
Sé que te he estropeado mucho
y no es justo por mi parte.
Te ampara el suspiro de mi alma
que aún no se ha ido,
que permanece hoy entristecido
porque al alejarte ya mi corazón
está afligido.
Hoy me siento ese soldado
que sale a luchar
y desarmado no tiene fuerzas
para triunfar.
Me alejo de ti musa tan mía
que has sido siempre.
Es solo por un tiempo,
verás después que descanses…
volverá la cimiente a la poesía
y entonces…
amaré apasionadamente
en la noche y en el día.