Me siento vestida de azul tristeza,
me acecha en sigilo
la flor tibia del olvido
y en un soplo de aire la desplazo.
Ya no arrojan su luz brillante
las estrellas sobre el cielo,
las he visto desvanecidas en una lluvia amarga,
incesantes, mojando el rostro.
Te lloré, te lloro y te lloraré
frente al Pico del Águila cada día,
mi reina bonita.
25-9-2016