Si no corro a tus brazos,
es que he muerto
y allá en el infinito,
mi alma se confundirá
con esa estrella,
la que contemplas
en la inmensa bóveda
y mi voz, en una ráfaga de viento
te dirá suavemente:
\"Te espero, ya no tendremos frío”
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
11 de julio 2016