En mi taller de arreglos
donde la banqueta está en espera
No es una dama sincera,
pués se rompe a la primera.
La vestiré de brocato
verde bordado de azul
sería un desacato
no ponerle una cintita de tul.
En sus piernas delgadas
la barnizaré con color
así la haré afamada
ya que al verla es un primor.
El dueño quedará encantado
como quedó su reina ana
algo le había pasado
a esa reina sin ganas.
Me ha llegado una marqueza
en las mismas condiciones
tuve que agudizar mi destreza
para las seria peticiones.
Las costillas las tenía
bastante delicadas
porque en su trabajo sufría
la pesadez descarada.
Para hacerle el trabajo
y convencer al dueño
el precio algo rebajo
vaya bajando el sueño.