El atardecer de Cumaná
en una mujer se evidencia
con su brillante cabello dorado,
suelto, o con una hermosa trenza
sus ojos color café,
que le quita el sueño
a quien sea,
y esa frente
¡Ay que frente!
llenarla de besos quisiera.
Ella se llama Rosa,
Rosa la super bella
Rosa la de Cumaná,
ay Rosa quién te viera...
Su ternura es inolvidable,
sólo amor es lo que refleja
aunque la han lastimado,
ella es toda una guerrera,
no existen lágrimas
que la doblegue
ni dolor que la detenga,
no existe traición que amargue su dulzura,
ni maldad que con su esperanza pueda
siempre con su corazón dispuesto
a aceptar los retos que vengan
preparada para vencer,
pues no hay chavista como ella.
Su hermosura es inigualable,
digna representante de Venezuela,
ella es una rosa que hay que acariciar
con mucha delicadeza,
cuidarla con toda la vida
para que siga irradiando belleza,
una rosa para abrazar,
corriendo el riesgo que sea,
aunque pueda ser que te espines,
igual valdría la pena,
pero cuando el abrazo es de corazón,
las espinas parecen que desaparecieran,
se siente como si volaras,
directo a otro planeta,
es una sensación única,
que no siente cualquiera.
Su inteligencia es admirable
futura médico de mi tierra,
su amor por los niños
a simple vista se evidencia
ella es toda una revolucionaria
toda una mujer de Venezuela,
su sonrisa es cautivante
te atrapa su delicadeza
provoca escucharla hablar
toda la vida entera.
Ella se llama Rosa,
Rosa la super bella
Rosa la de Cumaná,
ay Rosa quién te viera,
de la mano te agarrara
y las calles recorriera
tu cabello acariciara
y un beso te diera,
junto con un abrazo
en una playa cumanesa,
al oído te susurrara
una infinidad de poemas
tu silueta fotografiara
en un atardecer de proeza,
te hiciera reír,
hasta que más no puedas,
la luna y las estrellas mirara
hasta que amaneciera
Y junto a ti se quedara
durante toda la existencia
dejando una huella inolvidable
en un corazón lleno de tormentas.