Extraviada noche
de horas cansadas,
impronta de dolor,
en veloz marcha.
Alucinantes pasos
envueltos en pesadumbre.
Solo brilla el suplicio
aterrador de la ausencia
lejano arcoiris.
Conminado a la austera vida,
canto de juglar y laudes
en tono triste.
Apesadumbrado,
las ráfagas me paralizan
y quieto, me deshago,
desaparezco.